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Vuelos de larga duración con niños pequeños

El verano es una época de muchos viajes, millones de desplazamientos algunos de ellos con miles de kilómetros de por medio.

Desde luego los viajes de larga duración en avión para la gran mayoría de los mortales suelen ser agotadores. Encontrarse en un espacio tan reducido durante tantas horas es cansado y a veces aburrido, tanto para los mayores como para los niños.

Lo único es que cuando eres un adulto sin niños y te aburres o estás cansado, intentas dormirte y punto, aunque no sea el súmmum de la comodidad, te echas una cabezadita y haces del viaje algo más placentero. Pero con niños eso se acabó, a no ser que tengas la suerte de que el peque quiera seguirte el juego y se duerma durante el vuelo. Pero teniendo en cuenta que hablamos de vuelos de larga duración, las probabilidades de que se duerma 12 horas seguidas son prácticamente nulas. Si alguien lo ha conseguido por favor que me lo cuente 😉

Así que, para todos aquellos que os vais a encontrar en esta situación, ahora os voy a contar nuestros trucos para hacer de los viajes en avión con niños una experiencia muy divertida.

Lo primero que no puede faltar es nuestra maleta o bolsa viajera donde llevamos juegos en pequeño formato, libros de pegatinas, pinturas, pequeños juguetes, pequeños libros, etc. En definitiva todo aquello que mantiene entretenido al peque durante un rato sin pasarnos de exceso de equipaje. Esto quiere decir que todo tiene que ser en pequeño, por las restricciones de equipaje y por las dimensiones del espacio en el que nos vamos a encontrar, ya sabemos que las mesitas de los aviones son pequeñas así que no podemos hacer grandes despliegues. Si queréis saber con detalle que es lo que metemos en nuestra maleta viajera antes de salir de viaje podéis echar un vistazo a esta entrada.

A nosotros también nos ha venido bien siempre elegir para el peque el sitio de ventanilla, y es que a quien no le gusta estar por el cielo y viendo por la ventanilla del avión como todo se hace tremendamente diminuto?

Llevar snacks que le gusten. Nosotros solemos guardar en el equipaje de mano tortitas de maiz o espelta, alguna bolsita de fruta y verdura deshidratada, galletas, etc.

Las pantallas de los asientos son un gran entretenimiento pero no soy del todo partidaria, eso de tenerles embobados mirando una pantalla nunca me ha terminado de gustar, pero reconozco que es otra forma de hacerles el viaje más entretenido, así que con moderación y sin abusar les resultará muy divertido.

Hasta aquí nuestras recomendaciones sobre entretenimiento dentro del avión durante viajes largos. Pero esto no termina aquí, también os quiero dar algunos tips para hacer del trayecto una experiencia más cómoda.

Lo primero y más importante es llevar ropa cómoda para toda la familia, esto es obvio pero es que yo incluso le llevo el pijama a miniD y parece que eso le hace ponerse en modo «dormir».

Para bebés suele haber disponibles cunas (sin coste adicional). Nosotros pudimos probarlas con miniD cuando tenía 7 meses en un vuelo con Iberia y los requisitos para poder tener derecho a ella es que el bebé sea menor de 8 meses o pese menos de 11 kilos (estos requisitos pueden variar dependiendo de la compañía). Estas cunas están disponibles para vuelos intercontinentales y se pueden reservar desde la oficina de Iberia, aunque creo recordar que nosotros lo hicimos acudiendo con 24h de antelación al mostrador de Iberia del aeropuerto y ahí­ mismo nos la reservaron, también así­ los asientos de adultos en la zona destinada a la cuna, la cual va en la parte de detrás de los servicios que es donde queda un pasillo de lado a lado del avión más amplio.

La verdad es que viajar con niños te da ciertas ventajas, como puede ser tener acceso prioritario en los controles de equipaje o a la entrada al avión, esto siempre dependerá del aeropuerto en el que te encuentres para el primer caso y la aerolínea en el segundo, pero la verdad es que cuando se dan esas facilidades es de agradecer.

Hasta los 4 años los niños pueden facturar un carro o sillita de paseo sin coste adicional y en la mayoría de los aeropuertos puedes llevar el carro hasta la entrada del avión y allí los empleados se encargan de meterlo dentro. A la salida te lo depositan en el mismo lugar donde lo dejaste (es decir justo a la salida del avión). Esto viene genial en aeropuertos grandes donde el ir de un lado a otro suelen ser distancias considerables para los peques.

Bueno pues creo que no se me olvida nada, ah si, sobre todo y lo más importante id felices y con optimismo, yo me he llevado muchas sorpresas viajando con miniD ya que al final han resultado ser viajes mucho más tranquilos y divertidos de lo que en un primer momento pensaba que podía ser. Los pequeños tienen una capacidad asombrosa de adaptarse a las situaciones y conseguir divertirse en los lugares más insospechados.